Siendo hierba en mi tierra

La injusticia en PALESTINA no debería dejarnos indiferentes: Siendo hierba en mi tierra

Instalación de Andrea Hauer

1. Andrea Hauer, un arte feminista comprometido: la infancia en Palestins, entre el horror y la inocencia expresada en una sonrisa

Una constante del arte comprometido –y del revolucionario– es que emerge desde las bases ciudadanas, en consonancia con el mundo del arte y sus manifestaciones en momentos concretos, muchas veces excepcionales, de la historia y en distintas sociedades del globo terráqueo. Y es durante estos períodos particulares cuando el arte ha jugado un rol fundamental en la comunicación visual de causas y motivos libertarios, y en la visibilización, por tanto, de las sensibilidades que interpretan las necesidades de cambios en el mundo, como se aprecia en la instalación de Andrea Hauer: Siendo hierba en mi tierra (2025).

Esta obra, además, se cierne dentro del arte feminista comprometido en contextos de cambio o de fricción (Avendaño, 2024), por su carácter contestatario y provocador de diálogos, al instalar el tema del genocidio en Palestina (BBC; Bowen, Jeremy, 2025) desde sus directrices más profundas y sutiles, acudiendo para ello a visualidades cuyos caracteres simbólicos nos interrogan sobre cuán profundo es nuestro compromiso con la humanidad de la que somos parte. Una pregunta que la artista instala por medio de uno de sus personajes jarrones –siendo este personaje una figura hermana de otra que realizó la artista sobre el mismo tema–, quien rememora la niñez con su brazo de juguete y sus chanclas de niño color verde pasto, y lo redondo de su vientre, y da cuenta, mediante su posicionamiento frágil y central en la instalación, de la cruenta realidad que vive Palestina, asolada por una invasión de una potencia regional extranjera como es Israel, actualmente dirigida por sionistas y apoyada por el gobierno estadounidense de Donald Trump.

Al mismo tiempo, la artista, desde una mirada empática que se hace visiblemente palpable en cada gesto desplegado en la obra –como en la inclusión de ropa de sus hijos y amigos/as en el personaje jarrón y en el resto de la creación–, asocia su propia condición de madre y persona, rescatando nociones estructurales de las relaciones humanas. Tal es el caso de los conceptos de solidaridad, familia, infancia, amistad y arraigo a la tierra en la que se nace y se tienen las raíces, pero también al mundo como un lugar común, en el que se hace posible nuestra vida.

En Siendo hierba en mi tierra, del personaje central brota una planta, acunada en la semilla interior que está germinando en él como el fluir de la tierra que nos abraza desde la hierba verde –que en la obra tiñe las chanclas del personaje jarrón–, como el fluir de la sangre que nos compone y que se derrama a diario en Palestina. Sangre de la que se habla y se cierne en esta obra en la tela roja que la artista usa como telón de fondo de la instalación, la cual acoge uno de los poemas de La Noche y los jinetes (1969) de Fadwa Tuqan (Palestina), texto escrito en la tela mediante retazos de otras telas y, en algunos casos, mediante un bordado manual como el que hacían las madres y abuelas palestinas, las que ya no pueden bordar porque sus hogares están destruidos, y porque muchas de ellas ya no están vivas.

El poema trabajado visualmente en esta obra se enmarca como una seña de un afán de futuro y de la esperanza pese al horror que se vive de un pueblo que se resiste a morir, como lo vemos en las sonrisas de los/as niñas palestinas que juegan en las calles de esa Palestina devastada. Niños y niñas que llevan en sus cuerpos, como en el caso del personaje jarrón –este mediante una escritura verde alusiva a la hierba que brota en Palestina–, la frase del poema “Sólo quiero estar en su seno” de Fadwa Tuqan (Tuqan, 1969):

“Sólo quiero estar en el seno de mi patria

Siendo tierra

Hierba

O flor”

El personaje jarrón central de esta obra está hecho con telas de una camisa y chanclas usadas por uno de los hijos de la artista. Todo el textil utilizado proviene del ámbito familiar o de amigos y amigas de la creadora, incluyendo las sábanas de sus hijos cuando eran bebés. Así, el personaje central está vestido del amor hacia los niños, la familia y los lazos familiares, al tiempo que rememora y pone en escena –como hemos dicho– el drama de la muerte de los niños y niñas y sus familias en Gaza. Personas, todas ellas, que ni siquiera pueden defenderse, pues la población civil no tiene armas y pasa hambruna provocada por una potencia extranjera regional como es el Estado sionista de Israel, que no respeta los tratados internacionales que impiden matar intencionadamente de hambre a una población (elDiario.es; Owen Jones, 2025), y que utiliza contra ellos armas letales de última tecnología, avaluadas en miles de dólares, para exterminarlos (INFOBAE, 2025). Solo con los nazis habíamos visto el despliegue de tantas armas de última tecnología para matar niños y niñas (United State. Holocaust. Memorial Museum, 2025).

Cabe señalar, que los palestinos son incapaces de defenderse, pues la población civil no tiene armas y es la que está muriendo; solo tienen piedras, a las que alude la artista en su instalación. Piedras que más bien atrapan en edificios derrumbados a los niños y niñas después de los incesantes bombardeos que caen sobre ellos, y lastiman sus pies después de largas caminatas como errantes para poder escapar de las bombas y obtener un poco de alimento y agua. Este drama, que lleva meses a la luz pública internacional y que vemos cada día por Internet y en la televisión, esta conllevando la muerte de más 62.000 civiles (Médicos sin Frontera, 2025), mayoritariamente mujeres, niños y niñas (DW, 2024), ancianos y ancianas y enfermos y enfermas, personas que no parecen importar a muchos de los poderes, pues se trata de una cultura considerada inferior por algunos, partiendo por la mirada hacia ellos de parte del gobierno sionista de del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y su ejército.

2. Siendo hierba en mi tierra como evidencia de la herida colonial que persiste

Por todo lo anterior, la obra de Andrea Hauer da cuenta de uno de los microcosmos de la conflictividad contemporánea. Y la puesta en escena de su gesto estético revela con precisión la mantención del neocolonialismo por parte de los poderes imperantes como el del gobierno sionista de Israel y del actual gobierno estadounidense, con el presidente Donald Trump a la cabeza, quien propuso hace unos meses crear en Palestina un resort de lujo y desplazar a los palestinos a otras tierras (EL PAÍS, 2025). Y no ha evitado sus muertes, más bien sigue proporcionando armas a su homólogo israelí Benjamín Netanyahu y su gobierno (INFOBAE, 2025). Y si bien, se ha hecho una oferta de paz por parte de EE.UU e Israel a los palestinos (ABC, 2025), cabe preguntarse si será posible dada las condiciones impuestas por dichas potencias que están vinculadas a que se dé un gobierno palestino dependiente de los criterios instalados por los gobiernos nombrados, manteniendo a Palestina como si fuera una colonia de ellos.

Así, Siendo hierba en mi tierra se manifiesta como una crítica a la deshumanización del ser humano, al tiempo que fortalece, en su equidistancia respecto del horror que provocan estados como el sionista de Israel, el sentido del humanismo.

Esta obra, en su potencia, nos revela la herida colonial (Mignolo, 2007) que se hace patente en lugares como Palestina, invadida desde hace décadas, y donde los grandes poderes externos, como el israelí, operan desde una supremacía racial y económica que condena a la otredad, los palestinos, a la subalternidad por su etnia, clase y religión.

3. Conclusiones: Siendo hierba en mi tierra como poiesis de la cura

Por todo ello, podemos decir que la obra Siendo hierba en mi tierra de Andrea Hauer se cierne sobre una fisura que sangra como la tela roja que sustenta el poema que cita, pero su obra opera como poiesis de la cura (Heidegger, 1974), que involucra tambiénun acontecer ético ante el despliegue de la colonialidad del poder (Quijano, 2000), contribuyendo con su creación –por su cariz de aisthesis– a la sanación de tal herida, al mostrar alternativas a la deshumanización a la que estamos siendo sometidos como sociedades, por parte, de los grandes imperios contemporáneos. Y señalándonos que para nosotros como sociedad la injusticia no debería dejarnos indiferentes, siendoPalestina un recordatorio de lo que no puede y no debe suceder, y que hay que parar este tipo de conflictos, donde inocentes pagan injustamente con sus vidas los afanes del poder, lo que no es menor, por que como nos lo señala Levinas: “El morir, como morir del otro, afecta a mi identidad como Yo” (Levinas, 1998), por tanto, a nuestra identidad como humanidad.

Bibliografía

  • ABC. (2025, 30 de septiembre). El plan de Trump para Gaza, una carta blanca a Netanyahu. ABC. https://www.abc.es/internacional/plan-trump-gaza-carta-blanca-netanyahu-20250930181636-nt.html
  • Avendaño, L. (2024). Arte feminista comprometido y artistas chilenas feministas en tiempos de cambios y fricción (1964-2024). Dossier: Reflexiones en torno a la historia, la justicia y los derechos humanos en la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado en Chile. Revista Historia y Justicia.
  • Avendaño, L., Carabias, M., & Blanco, A. (Eds.). (2022). Discursos intervinientes: Mujeres y arte actual. Dykinson.
  • BBC News Mundo, & Bowen, J. (2025, 16 de septiembre). Análisis: El informe de la ONU sobre genocidio es una contundente acusación contra las acciones de Israel en Gaza. BBC. https://www.bbc.com/mundo/articles/cewndz1kdz9o
  • DW. (2024, 9 de noviembre). Gran mayoría de muertos en Gaza son mujeres y niños: ONU. DW. https://www.dw.com/es/gran-mayor%C3%ADa-de-muertos-en-gaza-son-mujeres-y-ni%C3%B1os-onu/a-70741022
  • elDiario.es, & Jones, O. (2025, 1 de agosto). Israel mata de hambre deliberadamente a la población de Gaza, pero no podría hacerlo sin la complicidad de Occidente. elDiario.es. https://www.eldiario.es/internacional/theguardian/israel-mata-hambre-deliberadamente-poblacion-gaza-no-hacerlo-complicidad-occidente_129_12505452.html
  • El País. (2025, 26 de febrero). Gaza transformada en un resort turístico: Trump difunde un vídeo con IA que recrea su proyecto de la Riviera de Oriente Próximo. El País. https://elpais.com/videos/2025-02-26/gaza-transformada-en-un-resort-turistico-trump-difunde-un-video-con-ia-que-recrea-su-proyecto-de-la-riviera-de-oriente-proximo.html
  • Heidegger, M. (1974). El ser y el tiempo (5.ª ed., § 65, pp. 354–356). Fondo de Cultura Económica. (Trabajo original publicado en 1927).
  • Infobae. (2025, 28 de febrero). El Gobierno de Estados Unidos aprobó la venta de armas y equipos por 3 mil millones de dólares a Israel. Infobae. https://www.infobae.com/america/mundo/2025/03/01/el-gobierno-de-estados-unidos-aprobo-la-venta-de-armas-y-equipos-por-3-mil-millones-de-dolares-a-israel/
  • Levinas, E. (1998). Dios, la muerte y el tiempo (M. L. Rodríguez Tapia, Trad.; J. Rolland, Ed.). Cátedra.
  • Médicos Sin Fronteras. (2025, 20 de agosto). Guerra Israel-Gaza | Genocidio en Gaza. Médicos Sin Fronteras. https://www.msf.es/genocidio-gaza
  • Mignolo, W. (2007). La idea de América Latina: La herida colonial y la opción decolonial. Gedisa.
  • Quijano, A. (2000). Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina. En E. Lander (Comp.), La colonialidad del saber: Eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas (pp. 201–246). CLACSO.
  • Tuqan, F. (1969). Sólo quiero estar en su seno. En La noche y los jinetes. Biblioteca Virtual Omegalfa.
  • United States Holocaust Memorial Museum. (s. f.). Los niños durante el Holocausto. United States Holocaust Memorial Museum. https://encyclopedia.ushmm.org/content/es/article/children-during-the-holocaust

Lynda Avendaño Santana

Historiadora del arte y teórica del arte

Inv. CIELA UCH/ Inv. AGI UB

Madrid, octubre de 2025.

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